Me alegro, Kierkegaard, de tu regreso al foro, del que andabas un poco ausente.
I
Kierkegaard escribió:
como has reconocido en último mensaje, esa no es literalmente la formulación de la vía,
Bueno, eso no es del todo así; no es que lo haya reconocido en mi último mensaje, sino que ya lo dije explícitamente en el anterior, al escribir que "
El argumento de Santo Tomás era algo así como:". Declaración palmaria y expresa de que se trataba de una reformulación de mi cosecha de la vía tomista.
Aquí de lo que se trata es de contextualizar el pensamiento de Pannenberg. Si, como afirmaba su compañero de cátedra y yo creo acertado, lo que pretende Pannenberg es "
intentar una nueva versión de las pruebas de la existencia de Dios", habrá que partir del estado de la cuestión previo a ponerse Pannenberg manos a la obra.
¿Por qué intentar una nueva versión? Tiene que ser porque las viejas no sirven en el momento actual. No estamos hablando de nuevas pruebas, sino de una nueva versión de las antiguas pruebas. ¿Y de qué prueba podemos estar hablando, de la ontológica o de la cosmológica, de las pruebas
a priori o de las pruebas
a posteriori? A mí me parece evidente que se trata de lo segundo, pues así resulta de la exposición que hace Fraijó de los libros de Pannenberg. ¿Y por qué no sirven la vías tomistas, haciendo necesaria una nueva versión puesta al día? Creo que es porque las vías tomistas no superan la crítica de Kant.
Estoy muy lejos de ser un experto en lo de las pruebas de la existencia de Dios especialmente desde Kant a nuestros días, por lo que me tengo que fiar de lo que dice Fraijó. Y, teniendo en cuenta que Hegel no aporta nada en este asunto, el filósofo anterior a nuestros días que se ocupó de esta temática fue Kant. (Nota: hace ya bastantes años leí un libro de Franz Brentano sobre la existencia de Dios, pero si la memoria no me falla, venía a ser una defensa de las vías tomistas, sin aportar nada nuevo, según me pareció.) Así que, para afrontar a Pannenberg había que reformular el argumento tomista en los términos en que lo vio Kant, para ver dónde estaba su defecto, que lo hacía inservible, y por qué era necesaria una nueva versión, basada ya ahora no en la cadena causal de los sucesos "en" el mundo, sino en una visión posible del mundo como totalidad y, por tanto, no integrado en la cadena causal que conforma el mundo. Naturalmente, si Santo Tomás hubiera podido leer a Kant, creo que no habría formulado sus vías como lo hizo.
No acabo de entender a dónde queréis llegar El Genio Maligno y tú: ¿a defender los argumentos tomistas como argumentos válidos? Si consideráis que son válidos, que no resultan afectados por la crítica de Kant, no tengo nada que decir al respecto; sois libres de pensarlo así, aunque, entonces, no sé exactamente qué pensáis que aporta Pannenberg de novedoso para merecer nuestra atención.
II
Sigo pensando que te equivocas al pensar que las vías tomistas son demostraciones. Son inducciones (al menos las más transitables y no las que bordean la prueba ontológica) y eso, en sentido estricto, no es nunca una demostración. Como el movimiento se demuestra andando, la escasa capacidad de las vías tomistas para convertir nunca a nadie a la creencia en la existencia de Dios son buena prueba de que carecen de capacidad demostrativa. Que yo sepa nadie ha dudado jamás del teorema de Pitágoras o de que los números primos son infinitos, desde que eso quedó demostrado por Euclides.
Kierkegaard escribió:
1. En este mundo sensible existe un orden de causas eficientes (Invenimus enim in istis sensibilibus esse ordinem causarum efficientium). O dicho de otra forma, “Para todo objeto x, existe al menos un y que es su causa”.
2. No es posible ni vemos que algo sea causa eficiente de sí mismo (nec tamen invenitur, nec est possibile, quod aliquid sit causa efficiens sui ipsius). O dicho de otra forma, “Para todo objeto x, es falso que x sea su causa”.
Y así sucesivamente, hasta alcanzar el potente Ergo est necesse.¿De verdad puede decirse que la formulación tomista no pretende ser - con todas las trabas que se le puedan poner a sus premisas o incluso a sus razonamientos intermedios, como el de la imposibilidad de la escalada al infinito – un proceso deductivo o demostrativo?
Lo que yo digo no es que la formulación tomista no pretenda ser un proceso deductivo. Lo que yo digo es que no lo es, que es un falso proceso deductivo.
La premisa 1, que habla de "este mundo sensible", ya es
a posteriori, como bien indica el calificativo de "sensible". La premisa 2 contiene un "ni vemos", lo que también muestra a las claras que se trata de una proposición
a posteriori. Es verdad que afirma que "no es posible ni vemos", aunque lo primero queda desmentido inmediatamente por la conclusión de que Dios es necesario, siendo
causa sui, lo que desmiente que no sea posible que algo sea causa eficiente de uno mismo, cosa que se había afirmado en la premisa 2. Es decir, la premisa 2 para ser aceptable, y no incongruente con la conclusión, debe rezar "no vemos que algo sea causa eficiente de sí mismo".
Es cierto que esta premisa 2 parecería, en buena doctrina kantiana, ser
a priori, en la medida en que involucra la causalidad, que es una categoría
a priori del sistema kantiano. Y ahí es donde yo hice mi formulación propia del argumento tomista, porque, la causalidad es una categoría
a priori de toda experiencia posible; al aplicarle al mundo como totalidad la categoría de la causalidad, Santo Tomás, incurre en un exceso, pues si bien los fenómenos "en" el mundo son objeto de experiencia posible, el mundo como totalidad (o, lo que creo que es lo mismo, la segunda causa o primera causa perceptible) no lo es: ¿sería posible una percepción fenoménica del primer hecho del mundo o causa segunda, sin que fuera preceptible la cusa primera? Kant y yo creemos que no. Por eso, al mundo como totalidad (o, lo que es lo mismo, a la causa segunda que contiene en sí toda la posterior cadena causal de fenómenos perceptibles) no le es aplicable la categoría de la causalidad. O bien la premisa 2 es
a posteriori, se refiere a lo que vemos o no vemos, o es falsa, pues aplica erróneamente una categoría
a priori, la causalidad, a algo a lo que no se puede aplicar. Por eso me he permitido reformular el argumento tomista para mostrar de forma lo más clara posible por qué, para Kant, no era válido.
Más allá de las modernas teorías de la ciencia, si nos retrotraemos a Kant y a su crítica de las vías tomistas, tenemos que, para poder hablar de una demostración debemos movernos en el ámbito de las proposiciones (juicios en terminología kantiana)
a priori, es decir, proposiciones analíticas (que siempre son
a priori) o proposiciones sintéticas
a priori. Eso es así porque la demostración va de lo universal a lo particular, y lo universal es siempre
a priori. ¿De qué clase es la proposición "Dios existe"? Ya vimos, al hablar de la refutación kantiana de la prueba ontológica, que "Dios existe" no es una proposición analítica, pues la existencia no es una propiedad que pueda incorporarse a un término intensivo. Y "Dios existe" no es tampoco una proposición sintética
a priori, porque no se puede extraer una proposición
a priori de premisas
a posteriori.
III
Sobre mi "retorcimiento" de las palabras de Fraijó, creo que las citas literales que he aportado de él excluyen retorcimiento alguno. Creo que he interpretado las cosas de la forma más ajustada a lo que él mismo dice. Y no veo qué puede añadir el "cabizbajo" a la perplejidad. Cabizbajo, en este contexto quiere decir, me parece, que Fraijó quedó meditabundo y pensativo, efecto propio de la perplejidad y de la incomprensión sobre lo que decía Pannenberg. Salvo que quiera decir que sintió vergüenza ajena por lo que estaba afirmando Pannenberg. Pero no parece que sea esto último. Y no me parece que cuadre decir que soy injusto con alguien porque rebato lo que dice dando una opinión contraria; no sé qué tiene que ver la justicia con eso.