HermesT propuso
aquí a nuestra consideración dos textos de Kant como aportación al debate sobre la utopía. El primero, se halla en A74 de la
Fundamentación para una metafísica de las constumbres (cito según la traducción de R.R. Aramayo, en Alianza Editorial):
Kant escribió:
El concepto de cada ser racional que ha de ser considerado como legislando universalmente a través de todas las máximas de su voluntad, para enjuiciarse a sí mismo y a sus acciones desde ese punto de vista, conduce a un concepto inherente al mismo y muy fructífero: el de un reino de los fines.
Entiendo por reino la conjunción sistemática de distintos seres racionales gracias a leyes comunes. Como las leyes determinan los fines según su validez universal resultará que, si abstraemos la diversidad personal de los seres racionales y el contenido de sus fines privados, podría pensarse un conjunto de todos los fines (tanto de los seres racionales como fines en sí, cuanto de los propios fines que cada cual pueda ponerse a sí mismo) en una conjunción sistemática, esto es, cabría pensar en un reino de los fines que sea posible según los principios citados más arriba.
Y el segundo, la nota de A80:
Kant escribió:
La teleología examina la naturaleza como un reino de los fines y la moral considera un posible reino de los fines en cuanto reino de la naturaleza. Allí el reino de los fines es una idea teórica para explicar lo que hay. Aquí es una idea práctica para lo que no es, pero puede verificarse realmente gracias a nuestro hacer o dejar de hacer y justamente conforme a esta idea.
Extrae HermesT de estos textos la conclusión de que hay que ver el reino de los fines de Kant como utopía y "
sede en el más acá". Yo no estoy de acuerdo, por lo que voy a argumentar a continuación.
Que el reino de los fines está en el más acá, y que el pensamiento de Kant sería eutópico (sobre utopía y eutopía, y el significado que doy a estas dos palabras, puede consultarse el hilo de referencia). El primero de los textos aportados por HermesT no permite deducir claramente que el reino de los fines sea realizable en este mundo. Únicamente dice que “
podría pensarse” o “
cabría pensar” en un “
posible” (
möglich) reino de los fines. Y continúa un poco más abajo, al final del párrafo siguiente al que cita HermesT: “
puede ser llamado un reino de los fines (que, claro está, sólo es un ideal)”. Ideal tiene un significado bastante preciso en Kant, y concretamente en la
Crítica de la razón pura: es algo que no podemos percibir por los sentidos, fuera del mundo fenoménico, pero que nos sirve como “idea regulativa”. Ideales son Dios, el Mundo y el Alma. Por tanto, difícilmente un Ideal puede tener realización efectiva en un mundo fenoménico.
En cuanto a la nota de A80, dice que la moral considera un posible (
mögliche) reino de los fines en cuanto reino de la naturaleza. He incorporado también el término alemán
möglich, posible, para resaltar el carácter de potencial o en potencia, pero no necesariamente efectivo. El Maestro Eckhart introdujo la traducción al alemán de los aristotélico-escolásticos potencia y en acto mediante las palabras
möglichkeit y
wirklichkeit. Y hay que recordar que, para Aristóteles, la potencia de un ente nunca acababa de desarrollarse del todo, nunca alcanzaba el grado de
enteléjeia o entelequia, que ha quedado en nuestro idioma como sinónimo de perfección inalcanzable.
Gómez Caffarena, a este respecto, dice (en
Filosofía de la Religión, editor M. Fraijó, p. 186):
Caffarena escribió:
Pienso que sí es importante insistir en que la afirmación postulatoria (de «fe racional») es una afirmación de realidad. El que sea realidad «noumenal» (es decir, puramente inteligible) y no empírica, no quita nada de realidad.
Discutibles palabras de G. Caffarena, pues no sé hasta qué punto esa realidad no fenoménica sería real. Le pasaría como a los cien táleros que Kant pone como ejemplo impugnando la prueba ontológica de la existencia de Dios; quizá sean tan reales cien táleros imaginados como cien táleros en mi bolsillo; pero, como decía el mismo Kant, su efecto sobre mi situación financiera no es el mismo. En todo caso, ese reino de los fines postulado como Ideal, al ser nouménico y no fenoménico, estaría más allá del mundo sensible y no más acá. Es decir, sería ultraterrenal.
Pero más decisiva me parece, a este respecto, la
Crítica de la razón práctica. El mismo Gómez Caffarena expone que el teísmo moral de Kant experimentó una evolución notable desde la
Fundamentación hasta
La religión dentro de los límites de la mera razón. Aun teniendo en cuenta esa evolución, o indefinición oscilante en muchos casos, diría yo, creo que el texto más solvente es el de la obra cumbre de Kant en cuestiones de Filosofía práctica. A este respecto, me parece decisivo al fragmento contenido en A220-223 de
KpV (cito también por R.R. Aramayo):
Kant escribió:
Mas esa plena adecuación de la voluntad con la ley moral equivale a santidad, una perfección de la cual no es capaz ningún ente racional inmerso en algún punto temporal del mundo sensible. Ahora bien, en tanto que es exigida como prácticamente necesaria, entonces tan sólo cabe encontrarla en un progreso que va al infinito hacia esa plena adecuación...
(...) Sin embargo, este progreso indefinido sólo es posible bajo el presupuesto de una existencia infinitamente duradera para la personalidad del ente racional (lo cual se denomina «inmortalidad del alma»).
(...) Le cabe esperar [a una criatura] una ulterior e ininterrumpida continuación de tal prosecución mientras dure su existencia y hasta más allá de esta vida *, resultanodo así plenamente adecuada a su voluntad (...), mas ciertamente jamás aquí o en algún previsible punto del tiempo futuro de su existir, sino sólo en la infinitud de su persistencia (abarcable sólo por Dios).
En nota *:
Kant escribió:
(...) pues tal perspectiva es el giro utilizado por la razón para designar un bienestar íntegro e independiente de todas las azarosas causas del mundo y, al igual que la santidad, es una idea que sólo puede verse comprendida en la totalidad de su progreso infinito, con lo cual nunca será plenamente alcanzada por dicha criatura.
Creo, por tanto, que se ve claro que el reino de los fines de Kant no es eutópico, sino utópico, ultraterrenal. Y eso lo separa radicalmente de doctrinas como, por ejemplo, la de Bloch.