Hola.
Bueno, es una asignatura en la que hay que romper algunos esquemas que pesan en el pensamiento. Pero por lo que veo, ahora hay dos partes, una teórica y otra práctica. Hace unos pocos años no era así. El examen consistía solo en una imagen de la obra. Yo fui marcando unas cuestiones conforme la cursé, que os comparto por si a alguien pudieran servirle:
Interesa diferenciar entre
lo político y
la política. Porque esta asignatura trata sobre lo primero. Lo político es un espacio de diálogo y reflexión sobre expresión en la interacción humana en comunidad. La política son los partidos políticos.
Interesa diferenciar entre obra de arte y sugerencia artística. Aquí hay que hilar fino. Todas son obras de arte porque son lo que hacen los artistas (y eso es tan contundente como indiscutible). Pero no todas son sugerencias artísticas. Las sugerencias artísticas, que sí son todas obras de arte, son las que hacen los artistas de lo político. La obra desde el emisor (el artista) es esto: ¿a ti qué te parece esta sugerencia política? Y eso no es de izquierdas ni de derechas, precisamente porque es político. Una sugerencia no es un juicio de valor. Podrá tener una respuesta con sesgo de izquierdas o de derechas, pero en el receptor. Y nosotros no somos ese receptor. Somos un receptor filosófico.
Interesa tener claro que aquí la estética es un medio, no un fin.
Interesa asumir que los aspirantes a filósofos se manejan mejor con palabras que con imágenes. Para no caer en la desesperación. No es un mal comienzo ver solo un gran muro.
Interesan unas cuantas cosas más, seguro.
Pero claro, y ahora ¿cómo apruebo?
Ni puta idea. Porque incluso comprendiendo todo lo que hay que comprender falta el salto que enciende la bombilla. ¡Falta entender la p... sugerencia!
¡Pero se puede entrenar! Mirar y mirar obras. Tratar de entender qué sugieren. Practicar respuestas. Leer el manual con atención. Mirar al artista como a alguien que quiere dialogar, no alguien que quiere encerrarse en un misterio inalcanzable para el común de los mortales. Mirar relajadamente, que parece una perogrullada pero educar así una mirada no es nada fácil. Schopenhauer: "Mirar una obra de arte debe ser como ponerse en presencia de un príncipe y esperar a que te hable, porque si no lo único que vas a escuchar es a ti mismo".
Y chaparse los textos filosóficos, que van a configurar nuestro comentario. Cuanto más clara veas la sugerencia, de forma más natural la asociarás con la filosofía.
Y no estamos hablando de nada más que de comunicación.
Saludos.