Hola, compañero Tudoncete, bienvenido seas.
En relación a tu falta de decisión, supongo que sería bueno y no superfluo reflexionar sobre aspectos más allá de la propia vocación o aptitud para el estudio de una determinada carrera. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a que, dependiendo de tus medios de vida o subsistencia, tus ingresos y capital, y en definitiva de tus opciones debido a tu posición económica y personal, la salida laboral y retribución profesional en tu CV cobraría poca o mucha importancia, no se si me explico. Vamos, que si te puedes permitir vivir de rentas pues a lo mejor te podrá dar igual la demanda de tus inquietudes en el mercado laboral, pero por contra si estás menos acomodado al igual el factor pragmático (el de la salida laboral) adquiere mayor relevancia antes que los gustos e inquietudes personales a la hora de preparar una determinada matrícula. Cositas como estas son las que creo que merecen su necesaria consideración para una actuación lúcida y no demasiado impulsiva; porque en estas cosas en las que se maneja plata de por medio (recordemos que las matrículas y las tasas universitarias no son cuatro perras precisamente) no combiene lanzarse precipitadamente, y tanto más cuando de un proletario moderno se trata.
No sé, no querría sonarte prepotente o moralista, pero, creo que la mejor opción si eres de los del tercer estado es que te metas en psicología: al acabar podrás hacer de loquero o comecocos; locos nunca faltarán —¡al igual un día me tratarás en tu consulta, y entonces no podrás escapar de mis poesías y requiebros, de mis gestas y narraciones y de mis dotes de juglarrrrr y fabuladorrrr jojojo!—.
Si haces filosofía, pues solo podrás optar a dar clase en la facultad si sobresales o en el insti, aguantando pavos en la edad del pavo o dar la vara aquí y en forocoches. ¡Si es que ahora que lo pienso estudiar filosofía es lo peor que uno puede hacer: no dejan que te llames ni filósofo, ello suena demasiado presuntuoso y artificioso!
Asique ya sabes compañero, a estudiar taras se ha dicho.
Saludos enajenados