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TEMA: Un experimento mental

Un experimento mental 18 Ago 2014 13:04 #25076

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Un experimento mental: ¿es posible evitar la repetición perpetua de dos seres idénticos en un mundo determinista?

por Alan & Gabriel Stilman

Los experimentos mentales tienen una larga historia en la filosofía y es probable que este que presentamos haya sido alguna vez concebido por otros. Como no encontramos hasta ahora una solución, lo dejamos planteado para quienes quieran intentarla.

Imaginemos que dos personas, exactamente idénticas, se encuentran frente a frente. (Aquí hablamos de personas pero podría tratarse de cualquier tipo de seres. La condición es que sean absolutamente idénticos en todos los aspectos, lo que no solamente incluye su constitución física, sino también psicológica, y más aún, sus memorias y el exacto estado anímico del momento en el que se topan el uno con el otro. Se trata de dos sosías absolutos).

También asumamos la hipótesis, junto con una gran cantidad de científicos y filósofos, que el mundo es determinista en un sentido fuerte. Esto significa que no existen sucesos realmente aleatorios o azarosos, sino que el futuro es predecible a partir del presente. Es decir, que si se conociera a la perfección la totalidad de la situación del universo en un instante dado y se tuvieran los conocimientos suficientes, se podría predecir con exactitud el estado que tendrá el universo en cualquier momento del futuro.

Por último, debemos imaginar que esas dos personas idénticas, clones perfectos y simultáneos el uno del otro, se encuentran en un determinado tipo de entorno caracterizado por su absoluta simetría, en el sentido de que lo que uno de ellos puede o podría ver, es exactamente lo mismo que lo que el otro ve o podría ver, sin posible salida fuera de este sistema.

Aquí el lector podrá elegir lo que prefiera: puede imaginar que los dobles se encuentran en el medio del vacío, o en el centro de una habitación vacía y perfectamente simétrica, o incluso, en un territorio circundado por árboles iguales y dispuestos de modo tal, que lo que uno tiene frente así, es exactamente lo mismo, que lo que el otro tiene frente a sí.

Es en estas circunstancias en que nuestros dos personajes, que tal vez vienen caminando cada uno desde direcciones opuestas, desde ya a la misma velocidad, con el mismo tipo de paso y entreteniendo sus mentes en los mismos pensamientos, avanzando la pierna derecha en el mismo instante, finalmente quedan enfrentados. Suponiendo que tienen características parecidas a las nuestras, un indescriptible asombro se apodera de ellos.

A partir de aquí podemos imaginar un sinfín de diálogos (quizás esta no sea la palabra), movimientos y peripecias. En todos ellos, sin embargo, ambos dirán, harán y sentirán exactamente lo mismo y ello se pondrá inmediatamente en evidencia.

Entonces, su desesperación ante la imitación constante del otro aumentará en igual medida.
Sus palabras, sus silencios, su intención de interrumpir al interlocutor y la aceptación de ser interrumpido por éste se ejecutarán al unísono.

Sus momentos de relajación se iniciarán, transcurrirán y concluirán en simultáneo.
Sus procesos mentales, en busca de la añorada recuperación del sentimiento de ser uno mismo, no diferirán en absoluto.

Sus ocurrencias para zafarse de la involuntaria repetición de su prójimo y regresar a vidas más normales, serán las mismas.

Pero el resultado invariablemente será el fracaso: todo lo que intenten continuará siendo la repetición de lo que hace el otro.

Tal vez recurran a cierta dosis de violencia física, no por un deseo de agredir al semejante, sino como intento para desestabilizar la situación. Pueden por ejemplo, empujarse con la mano derecha sobre el hombro izquierdo de su doble. Pero caerán de la misma manera, en el mismo tipo de terreno, y siendo su constitución física la misma, se levantarán al mismo tiempo, y seguirán siendo el uno fiel espejo del otro.

Si queremos, también podemos imaginar que nuestros protagonistas están dotados de la máxima inteligencia que nos es dable concebir, desde ya, en medidas equivalentes.

Ahora bien. ¿Existe alguna manera en la que este hechizo se puede romper? ¿Es posible abrir una grieta que consiga disociar los comportamientos de estos dos sujetos y depararles a partir de entonces horizontes de vida diferentes?

¿O su condena a ser y hacer lo mismo que el otro durará hasta sus muertes, precisamente sincrónicas?
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Un experimento mental 24 Ago 2014 22:34 #25260

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Gabi escribió:
¿Existe alguna manera en la que este hechizo se puede romper? ¿Es posible abrir una grieta que consiga disociar los comportamientos de estos dos sujetos y depararles a partir de entonces horizontes de vida diferentes?

¿O su condena a ser y hacer lo mismo que el otro durará hasta sus muertes, precisamente sincrónicas?

Interesante pregunta.

Si el univero es completamente simétrico, no habrá forma de "romper el hechizo", como tú dices. Están condenados a ser la imagen especular el uno del otro. Pero lo mismo nos ocurriría a todos; tendríamos un "doble" al otro lado del eje de simetría del universo.

Si el universo no es simétrico, suponiendo (por concretar, pero se aplica igualmente a cualquier otra situación) que estén en una habitación con una puerta en el lado de cada uno, podría entrar una persona por una de las puertas pero no por la otra, y las percepciones de ambos ya serían distintas.

Si no queremos meter a otras personas, podemos suponer que en algún momento se cansan de hacer el imbécil y se van. Cuando salgan de la habitación, percibirán cosas distintas y perderán esa "sincronización" que tenían. Si en el futuro se vuelven a encontrar, podrán mantener una conversación. Tal vez.
You do not need hope if you have drama to back you up.
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