Muy buenas a todos.
Antes de nada agradezco el haber encontrado casualmente este foro; y como no, también doy las gracias por dejarme participar en él.
Por fin me animé a empezar en septiembre. Siempre me ha gustado la filosofía -la complejidad, el vértigo- y quizá, el haber viajado un año sola por sudamérica, haya favorecido que vislumbre de pronto en mí, la capacidad de estudiarla y la verdadera motivación.
Me considero una persona entusiasta, muy pasional y poco constante. Me entusiasma todo y eso hace que me disperse muchísimo. Por ello, trato de centrarme, y de no perder la pasión que siento estudiando filosofía, con ayuda de la filosofía misma, esa gran herramienta que tengo entre manos. Intento disfrutar del camino, sin más.
Y debo admitir que, aun viviendo ahora en mi zona confort, tengo la sensación de seguir viajando con mi mochila cargada de emociones. Curioseando, atenta y con asombro, mientras descubro día a día el pensamiento de aquellos tiempos remotos, en tanto que me doy de bruces con los míos, y con sus correspondientes límites.
Muchas gracias por acompañarme en esta aventura!