Silvanus escribió:
No sé qué tiene que ver la filosofía con la salud mental. Por leer a Nietzsche no te vas a volver tan tarumba como él. Y si te vuelves, desde luego no será por relación directa causa-efecto. Si lo que se pretende es eliminar todos los posibles factores que puedan contribuir a desequilibrar más a una persona, entonces a esa persona poco menos que hay que aislarla en una jaula y darle de comer alpiste y beber agua (con lo que terminará más enfermo aún). Son muchas cosas las que pueden alterar a una persona sensible: sustancias adictivas, relaciones amorosas complejas, problemas familiares y laborales, la lectura del periódico... los medios de comunicación son mucho más peligrosos en este sentido que la filosofía. No se puede tratar a una persona con trastornos mentales como si fuera de cristal (puede haber ciertas restricciones en función de la enfermedad concreta, claro está), sino darle la ayuda precisa para que se enfrente al mundo lo mejor posible. Puestos a ver peligros, prohibamos la lectura de "Ana Karenina" a personas con tendencias suicidas que vivan cerca de las vías de un tren, por decir uno de los muchos disparates posibles.

Hay mucha ignorancia. A muchos he oído decir que leer a Nietzsche puede trastornar mentalmente.

Sí, se ve la Filosofía o incluso la Poesía (con los llamados poetas malditos) como una vía que lleva a la decadencia mental. Es como decir que si contemplo una pintura de Van Gogh tal vez me dé por cortarme la oreja. Se aplica eso, causa-efecto.

Por supuesto que hay mucha ignorancia. ¡Ni que estudiar filosofía fuera como pertenecer a una secta!

Hablando de ignorancia, a mí me parece que la gente que está peor, de hecho fatal, es aquella que no tiene "consciencia" (con el permiso de Freud ) de su estado, de que "hay algo que no va bien" en ellos, que sufren por algo...En vez de eso, como la ignorancia es muy osada, proyectan todo: el culpable es el mundo. Y así les (nos) va...

Hombre... mira que me cuesta estar en desacuerdo con El Abel, pero siendo como soy “un desecho de la psiquiatría”, me encuentro con autoridad moral para denostar la generalización acerca de que la Filosofía es un arma de doble filo.

Aunque entiendo la idea subyacente que intenta transmitirnos el Honorable Tutor. (No te me cabrees, compañero, que sabes que mi prosa es parte de mi “coña marinera” habitual) .

Todo dependerá, como comentaba Silvanus, de que patología estamos hablando y de como encares lo que te transmiten los estudios.

Si el estudio de una determina corriente Filosófica o de un determinado autor, te lo planteas, como lo que es: una visión Histórico-descriptiva y analítica, hasta un payo como yo, (con el cerebro cortocircuitado), puede sentirse cómodo con su estudio.

Ahora bien, si te asomas a la Filosofía como disciplina que te va a aportar respuestas o pautas vitales, y encima tienes problemas psiquiátricos “chungueles”, es muy probable que:

1. Acabes fundando una secta.
2. Acabes haciéndote “un Paulino”. (Entiéndase como intentar promocionar una pseudo filosofía o pseudociencia, para mayor gloria de la salvación humana).
3. Acabes todo majaron, convencido de que la felicdad es incompatible con la vida humana.
4. Acabes enganchado a Gran Hermano, porque no comprendiste un carajo de lo que te estaban contando en la asignatura y confundiste churras con merinas.

Para los demás, mi querido El Abel, el estudio de la Filosofía nos ayuday aporta igual que cualquier otro estudio.

En mi caso, me tiene entretenido a la par que rellena las lagunas sobre el fenómeno religioso que ni el conocimiento Histórico, ni la Antropología acababan de llenar, despues de años de dedicación hambrienta a su estudio.

Siempre me faltaba el conocimiento sobre el desarrollo de las ideas, por eso estoy en este Grado, a pesar de ser un “Zurrao-Certified”..

Espero que no tengas razón y que al llegar septiembre no me encontreis, vestido de Pato-Wc, por el Manzanares...

Muy de acuerdo con tu opinión El Abel. Tuve un compañero psiquiatra que gustaba mucho de la Filosofía y no era raro encontrarle leyendo textos de Platón, Hume, Kant y otros autores en la guardias tranquilas. Poco tiempo antes de jubilarse se le diagnosticó un trastorno bipolar e imagínate nuestra sorpresa, la de todos sus compañeros, al verle en calidad de paciente en vez de como profesional en el servicio. Un día entré a verle a su habitación y le sorprendí leyendo a Aristóteles ("Ética a Nicómaco" para ser exactos) y no recuerdo el comentario que le hice, pero sí su respuesta: "querido amigo, la Filosofía como el perfume; huélela pero no te la tragues".

un saludo.

Hola,

Pensar que Nietzsche, o cualquier otro autor, puede trastornar mentalmente, por su simple lectura, es bastante pueril. Puede hacerlo por motivos indirectos.

Voy a poner un ejemplo gráfico para que se entienda. Hay una serie bastante simpática en Netflix, que recomiendo a todos, que se llama The Good Place. Los personajes están en un lugar después de la muerte y uno de ellos era profesor de filosofía moral, de ética, antes de morir.

Pues bien, acaba dando clases de ética a sus compañeros y a un demonio. Les expone el dilema del tranvía: el tren va sin frenos hacia cuatro obreros pero lo puedes desviar hacia una vía donde solo hay uno. Esta cuestión se puede reformular con matar a alguien sano para salvar a cuatro enfermos. Se trata, en definitiva, en apostar por una ética formal o material.

El demonio dice que eso es una chorrada y el profesor se pone de perfil. Como es un demonio poderoso, de repente el profesor se ve conduciendo el tranvía. En algunos casos el demonio pone a su mejor amigo como el obrero que está solo y le salpica toda la sangre encima. Luego en un quirófano tiene que destripar a la chica que le gusta. El profesor se pone histérico. Esto muestra que lo del tranvía, a secas, no deja de ser un problema que podemos discutir con un par de cañas y con unas bravas.

Pero si lo pienso, yo Abel, tengo que contemplar la posibilidad de que a mi hijo de 8 meses le dieran un año de vida al cabo del cual sus órganos no sirvieran pero que si lo matan ya sí. Y no hablo en abstracto, hablo de ese niño que he visto nacer y cuando tenía en brazos no paraba de llorar de alegría pero que en la habitación de al lado operaban a su madre de vida o muerte. Si lo veo así, solo si lo veo así, entonces realmente me implicaré en el problema ético y filosófico.

Así lo reflexioné y fue muy duro enfrentarme al dilema, atroz podría decir. Otro ejemplo. Recuerdo en una ocasión que volvía de Valencia en coche y venía escuchando unas conferencias sobre Nietzsche. Llevaba tiempo estudiándolo cuando de repente me hice cargo del sentido del nihilismo, que bajo todo esto que escribo, su sentido y significado no hay nada. Ni siquiera en el amor a mi hijo. Tuve que para el coche porque la sensación de angustia fue enorme. ¿Alguien no cayó en la cuenta de lo que significa verdaderamente la nausea o la angustia existencial?

Si por el contrario estudiamos filosofía para llegar a un examen bien preparados, con el discurso bien elaborado, pues como el que lee a ''Ana Karenina'' o las ''Aventuras del Pato Donald'' o ''Ecce homo'', da igual, no nos habremos arrojado al pensamiento que se nos plantea.

Por otra parte, no hace falta llenar de contenido el pensamiento, basta con que sea formal. Fredge se acabó suicidando porque no encontró solución a ''el conjunto de los conjuntos que no se contienen a si mismo, ¿se contiene a si mismo?'', que es equivalente a otras como ''el barbero de mi pueblo solo afeita a quienes no se afeitan a si mismos, ¿quien afeita al barbero?''. Entre matemáticos no faltan personas con graves trastornos que son aumentados por una soledad extrema cuando se enfrentan a una serie de problemas de un castillo que nunca acaba.

Entonces arribamos al punto inicial. ¿Para qué estudiar filosofía? ¿Para responder a preguntas del Trivial Pursuit o para que realmente nos planteemos cuestiones vitales y arrojarnos a ellas? Si es para lo segundo, que es lo que sucede en muchos casos, pues está bien, lograremos estatus social citando a Kierkegard aunque en muchos casos se reirán de nosotros recordando a Faemino y Cansado. Para lo segundo, no solo podremos ser más infelices sino menos equilibrados. Hay que andar con tiento.

En ambos casos, tanto si la filosofía nos penetra como si no, nos podemos ver abocados a tener una obsesión enfermiza por tener razón. Esto es común en el 99% de las personas que conozco que estudian filosofía, incluyéndome a mi, yo el primero. Lo de el Arte de tener la razón de Schopenhauer creo que era un manual donde se parodia a los filósofos.

Todo esto es mi experiencia personal, que nunca he ido al psicólogo ni psiquiatra ni tomado pirulas tipo prozac. No significa que sea muy equilibrado sino que he hecho por mantener una salud mental a sabiendas de lo delicada que es la cocotera, que lo raro es estar sano. Cuando he visto que el tarro se me iba por ahí yo lo acompañaba de cañas, a hacer una maratón o a intentar echar un polvo aunque fuera conmigo mismo; jamás leer filosofía, me parecía lo más perjudicial. El culto a la frivolidad como forma de escapatoria.

Saludos

PS: 'Honorable tutor'... eres un cachondo Cum Lupus, me he reído un rato.

Albar escribió:
Hola, Albar:

Gracias por la anécdota. Tomo nota. Un ser muy querido que se suicidó, filósofo de formación y profesión, me decía algo así como que debemos refugiarnos en nuestros libros. Si volviera a ver a Pepe le diría que en los libros de gente muerta uno no se refugia sino en la gente viva. Pero como una buena forma de sufrir es pensar en condicionales donde la premisa no se puede cumplir, me limitaré a decir que echo de menos a mi amigo.

Saludos

Hay un tema sobre el que he leído muy poco desde el punto de vista filosófico. No sé si se debe a que no se ha publicado mucho en torno a la vocación o a que se ha publicado mucho pero únicamente desde el punto de vista religioso y no desde el filosófico.En cualquier caso me quedo con la siguiente definición de vocación: “Inclinación o interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o a un determinado trabajo.”

No sé exactamente por qué en la actualidad es tan bajo el numero de vocaciones ( y no me refiero a la religiosa, que también). Tampoco sé si antes era mayor. Y si lo era por qué en la actualidad ha disminuido. ¿Tiene que ver la vida moderna, o mejor dicho, una forma de entender la vida moderna, con el bajo número de vocaciones o por el contrario ha sucedido siempre?

Eso sí, y por no ser mi caso, siempre he admirado profundamente a la gente con verdadera vocación. Sin vocación muchas veces uno se encuentra auténticamente “desnortado”.

Un saludo

El Abel escribió:
(Ayyyyyyyyy )

Muchas gracias por compartir tus experiencias, Abel...

elías escribió:
Muy interesante.

¿Pierde sentido la existencia sin vocación?...