La primera, que si Ortega dice que había superado la Fenomenología, me parece un tanto osado decir que "El hombre y la gente" es una obra "eminentemente fenomenológica"; ¿eso por qué? ¿Porque lo afirma San Martín ex cathedra? He dedicado bastantes horas a esa obra de Ortega, cuyo resultado está recogido en varios comentarios publicados en este mismo foro, y no he visto mucho rastro de fenomenología en esa obra de Ortega. Yo le doy a la razón al propio Ortega en ese aspecto.
Es una obra a la que yo también le he dedicado horas, supongo que menos que tú. Yo, en este caso, no me baso en las afirmaciones de San Martín, sino en las lecturas de San Martín en cuanto a lo que constituye el método fenomenológico para una posterior lectura de El hombre y la gente. ¿Qué pasa? Sólo te puedo asegurar la similitud de la obra de Ortega con la de San Martín. Con esto quiero decir que la fenomenología a la que se asimila Ortega, tal vez, sea exclusivamente la que hace San Martín, no lo sé. De nuevo diría que no, pero al no haberme expandido a otras concepciones de la fenomenología no puedo asegurar que El hombre y la gente se corresponda con la mayoría del espectro fenomenológico. En cualquier caso no se puede deshechar la visión fenomenológica de San Martín por considerarse la peor sistemáticamente (ni digo que sea la mejor), pero si siendo fenomenólogo se ven claras similitudes con la obra de Ortega pues es algo innegable las comparaciones aún no estando de acuerdo con los paradigmas. Autocontestándome, es posible que San Martín haya conformado su pensamiento en torno a Ortega y de ahí las similitudes, sin ser Ortega fenomenólogo. Sería una especie de fenomenología orteguiana que se basa en Ortega sin éste tenerla en cuenta. La cuestión es que esto implicaría que lo que hace San Martín, no sea verdaderamente fenomenología sino que basándose en Ortega hace una pseudofenomenología que es capaz de achacar a Ortega, y esa crítica aún no se la he visto recibir. Vamos que si aceptamos, independientemente de la vigencia o no, que lo que San Martín hace es fenomenología, tenemos que aceptar forzosamente a su vez la fenomenología que hay en Ortega, o al menos en El hombre y la gente. No es algo que pueda explicar, sino que necesita la lectura forzosa de La estructura del método fenomenológico y El hombre y la gente, cosa que en el primer caso dices que no te interesa. Es legítimo, no sobra el tiempo está claro, pero si los libros están ahí no podemos decir algo que vaya en contra de lo que no hemos hecho. Y no podemos aceptar lo que dice Ortega de superar la fenomenología, si con libro en mano que se escribe años después (siendo su último libro además) se ve contenido fenomenológico. Ya te digo yo hay cosas que aún sosteniéndolas puedo entender que haya cierto debate, pero en este caso no hay más que coger un libro y otro para ver la evidencia de lo que digo.
La segunda observación. Ya he citado alguna vez a Muguerza, cuando comentaba jocosamente en "Desde la perplejidad", la mistificación encubierta a que son sometidos ciertos filósofos por la posteridad, mediante el subterfugio (y tal vez engaño) de resaltar lo que dijeron en manuscritos y obras no publicadas, en vez de centrarse en lo que sí publicaron.
Así pasó con el "nuevo" Marx de los Manuscritos de 1844, las Tesis sobre Feuerbach o La ideología alemana, con omisión o silenciamiento de lo que escribió en "El Capital"; dentreo del lavado de cara y sustitución del marxismo frío por el marxismo cálido. O con Nietzsche, que ahora parece que sólo escribió manuscritos o escritos póstumos y nos olvidamos del Zaratustra. Pero, se pregunta Muguerza: ¿es legítimo utilizar para el análisis de la doctrina de un filósofo tales manuscritos, muchos de los cuales él mismo dejó inacabados o no consideró dignos de dar a la imprenta, marginando sus principales obras, que publicó en vida y cuya paternidad asumió públicamente? Muguerza (y yo con él), cree que no; con toda la lógica del mundo, por otra parte.
Por tanto, dejemos tranquilos los manuscritos de Husserl, aptos para especialistas y filofenomenólogos y vayamos a lo que publicó y que constituye su doctrina establecida por la que ha pasado a la historia de la Filosofía.
La lógica de Muguerza puede ser toda la del mundo pero creo que más lógico es emplear los textos de un autor en los que, en parte, se supera lo anterior, en lugar de rechazarlos sólo porque su descubrimiento sea post mortem. Además, aún creo que no habiendo duda de su autoría, según tú se puede llevar al engaño. Pues bien, aún siendo un engaño será en cuanto quién fue el autor pero no en lo que se dice, porque lo que se dice no deja de ser criticable como toda tesis.
Pero vamos, es un debate que tampoco interesa mucho. Lo que yo defiendo es abrirse a todos los textos y comprobar esas superaciones (más allá de adelantar uno sobre otro porque un autor considere haber superado algo), de momento, empezando por Ortega sostengo que no, al menos en El hombre y la gente, por los motivos expuestos. Veremos los demás, que creo que serán de una dificultad mayor.