De acuerdo en todo lo que detalla Demóstenes.
A ver si va a resultar que ninguno de los dos somos estructuralistas
Una matización a mi entrada anterior.
Colectivo va entrecomillado (“colectivo”) porque estoy exagerando intencionadamente la opinión de Marzoa aunque creo que él estaría de acuerdo…
En realidad, dice referido a Beufret:
“Eso que hace con Marx, a saber: interpretarlo a través de ≪los marxistas≫ o de Engels, o incluso de ≪realidades≫ político-estatales y/o político-partidarias, es absolutamente opuesto a cualquier cosa que Beaufret pudiese querer hacer con Kant o Hegel o Nietzsche o Aristóteles” (p.28),
También se refiere a
El Capital como “obra proyectada” (es decir no escrita y corregida en su totalidad) por Marx. Trata el asunto en varios momentos y no tengo todos marcados, pero dejo este (pp.36-38). La negrilla es mía:
"Primeramente, la publicación que hizo Engels de dos conjuntos de textos de Marx como libros segundo (1885) y tercero (1894) de
Das Kapital. Los textos son de Marx, en un estado no final de elaboración, y más o menos retocados o completados por Engels. La agrupación y ordenación la hizo Engels, pretendiendo ajustarse a la intención de Marx.
En segundo lugar: aquellas partes manuscritas que contienen una especie de historia critica de la economía política, publicadas inicialmente por Kautsky en edición hoy superada, son conocidas con el título
Theorien uber den Mehrwert.
No es posible saber cuál hubiera podido ser la configuración definitiva que Marx hubiera dado a su obra en el caso de que hubiese llegado a disponer por sí mismo la publicación de toda ella. Podemos, ciertamente, afirmar que todo ese material pertenece (junto con el publicado libro primero) a una sola obra proyectada. Pero,
aun suponiendo que ya no hubiesen de ser necesarios nuevos materiales hasta una hipotética elaboración final (suposición difícilmente sostenible), Marx hubiera necesitado bastantes años más de vida y bastante reposo para llevar el conjunto de lo que tenía escrito al estado de obra acabada; no solo por la gran riqueza, extensión y complejidad del material, sino también porque la manera de trabajar de Marx en este proyecto presenta un asombroso
nivel de autoexigencia en cuanto a rigor, trabazón interna y precisión de todas las articulaciones del discurso. Ni siquiera podemos dar por seguro que el libro primero hubiese de poder permanecer inalterado dentro de la totalidad de la obra acabada.
Decimos todo esto para dejar sentado que
nuestro estudio sincrónico (y, por lo tanto, estructural) no puede, para llegar a la estructura profunda, partir de la presunta constatación de una estructura superficial o externa, ya que tal constatación no se da, pues la obra en su conjunto no está presente. Esto quiere decir que, partiendo de estructuras que, si se realizan, incluso externamente, en partes determinadas del texto (como es el caso, fundamental para nuestro estudio de las dos primeras secciones), tendremos que seguir luego el hilo de conexiones conceptuales de fondo que, más que reflejarse en una estructuración externa del material, lo atraviesan de lado a lado.
No pretendemos en ningún punto demostrar que nuestra lectura de Marx sea la única posible.
Tal lectura ≪única posible≫ nunca existe con referencia a la obra de un pensador. Lo que si hay son lecturas imposibles, o, para ser más exactos, presuntas lecturas que no son lecturas. En otras palabras: el conjunto de las lecturas posibles podrá ser ≪infinito≫, pero es todo lo contrario de indeterminado.”