No necesariamente. El único criterio de verdad/validez/corrección no puede ser el científico, a riesgo de acabar comportándonos como autistas a lo Sheldon Cooper.
Los motivos que justifican la preferencia por el criterio científico (empiricidad, comprobabilidad, universalidad y necesidad) no son sólo por los resultados exactos y verificables que ofrecen para los debates donde pueda aplicarse, sino también -insisto- por la carencia de una alternativa mejor: lo bueno, lo bello, lo justo son conceptos sobre los cuales no hay ningún consenso ante el condicionamiento histórico, cultural y personal que los envuelve. Entre un astrónomo y un astrólogo, está claro de quién hay que fiarse y cuál es la peor opción.
Pero el
quid del asunto no es este, acerca de lo cual ya hemos hablado largo y tendido. En el fondo, creo que el punto está en la posible extrapolación del criterio científico a asuntos humanos. Naturalmente, nadie en su sano juicio querría identificar la virtud humana en un Sheldon Cooper o en un Carnap (sería curioso haber tratado a estar personalidades de tú a tú como mencionáis - dicen que varios analíticos son conocidos por su sexualidad y tendencias autodestructivas). Lo que quiero resaltar es que, sobre los temas que componen lo humanístico, no hay un criterio que permita saber cuál respuesta es la más adecuada/más preferible/más persuasiva/más útil.
Quien diga que Velázquez es mejor pintor de Goya, que Platón tenía más razón que Aristóteles en términos éticos, o que acostarse con terceras personas mientras se está conociendo a otra, es un insensato; pero no por elección, sino porque ello supone entrar en un debate absurdo. Tanto da decir lo uno que lo otro. Lo mismo para quien diga que el sentido de la vida es el autoconocimiento, equilibrar los chakras o vivir de acuerdo a la razón. Por ello, yo jamás perdería el tiempo acudiendo a un tarotista o a M. Cavallé: tan legítimo es lo que dice el primero que lo que diga la segunda porque no hay sobre-criterio que la respalde frente a otras posturas; ni tampoco una respuesta verdadera -porque no puede haberla sobre estos asuntos-. Es el escepticismo que planteaba en otro mensaje.
Sobre tales asuntos, no hace falta recurrir a ninguna autoridad: basta con relatarse las cosas a mi medida porque pensar que M. Cavallé tiene más razón que Jung, es incurrir en dogmatismo por muchas alas que nos dé su palabra. Ahora bien, si alguien está de acuerdo con esas teorías, que no pierda el tiempo justificándose o escribiendo tratados acerca del
telos humano. No le hace falta; pero que tampoco se meta en el terreno de la verdad (científica).
Quizá este enfoque que reduce al hombre desde una perspectiva más naturalista, entendiéndolo como un ser más biológico que cultural, supone encadenar a la imaginación para que no revolotee acerca del sentido de la vida, del bien y de la belleza. Por otro lado, hay otros investigadores que también intentar explicar los
asuntos humanos desde la biología evolutiva y la etología. Por ejemplo, la valoración de la belleza en términos de reproducción o la ética desde el altruismo desde la biología evolutiva. Desde luego, parecen ópticas muy pertinentes: frente al criterio libre de lo cultural, podemos asirnos a razones evolutivas y etológicas, que, al menos, parecen más consistentes que las otras al estar más cerca de lo empírico.
¿Nos hemos acercado con ello al sentido de estos tres hechos? Digamos pues que, como dices, no "pueden ser reducidos a términos científicos". ¿De verdad eso implica que no hay ninguna "garantía gnoseológica" en su análisis? ¿Tanto da decir que el Guernica es una obra de arte como una boñiga, y no hay forma de argumentar al respecto? Si un asesino mata a alguien, Picasso pinta un cuadro o mi prometida se declara, sobre este fenómeno no científico "tanto da decir una cosa como otra"?
Nadie diría que el Guernica es una boñiga; en ese ejemplo, me aplicas injustamente una falacia
ad absurdum. Sobre el asesino, la psicología o psiquiatría no hablarían de endorfinas; seguramente sí tuvieran algo relevante que decir para la investigación policial. No las metería en el saco de esos
asuntos humanos sobre los que discutimos.
Tampoco confundiría historia con historiografía en lo que refiere al caso de la Constitución Española: mientras que la primera en un registro, la otra es interpretación: ¿hay algún criterio por el cual aquilatar el grado de validez sobre las interpretaciones relativas a las razones por las cuales EE.UU. tiró la Fatman en Nagasaki? Sobre las valoraciones artísticas, tanto da decir que la simetría es el criterio de la belleza como lo contrario: hay magníficas obras asimétricas como otras horriblemente simétricas. Es a lo que voy; y cualquier postura no científica que pretenda erigirse sobre las demás, incurre en dogmatismo. Puede que la ciencia también, pero tiene razones de peso.
En definitiva, es inevitable que el hombre elabore discursos acerca de los
temas humanos, pero a condición de que nunca se tomen verdaderamente en serio, ni que se pretenda encontrar
verdad en ello; mucho menos imponer cualquier postura.
Sobre lo experiencial de la mística, si te parece, lo dejamos para otro debate. En general, considero que ya he parloteado mucho

Hablamos para la ayahuasca, pero me sentiré tentado a trolearte hablando como un Sheldon Cooper, por las risas