Por mí José Antonio no pinta nada; el problema es que importantes líderes de VOX, como Buxadé u Ortega Smith vienen de la Falange y de vez en cuando usan sus discursos. La propia Olona (cuando era la musa de VOX) se despidió del Congreso con unas bonitas palabras del insigne político de la Falange; es decir, son ellos mismos quienes sacan a pasear el cadáver de José Antonio. Se dice que en VOX hay dos almas: una falangista, representada por Buxadé, y otra liberal, la de Espinosa de los Monteros. Llamar liberalismo a lo que defiende VOX es insultar al liberalismo, pero ellos se definen así. En realidad, la deriva por la que ha optado VOX es por un sociocristianismo que coge ideas de aquí y de allá.
Ciudadanos pudo ser un partido serio, pero le sucedió lo que le sucede a muchos partidos nuevos: tienen una buena dirección, pero mala cantera o dirigentes locales. Al final toman políticos de uno y otro bando y crean un Frankenstein. Véase lo que sucede ahora en Valencia con VOX, que no sabe a quién poner en los altos cargos de sus consejerías y ha tenido que pedir ayuda al PP. Ciudadanos se convirtió (en mi opinión) en un partido populista cuando no supo situarse en el centro y empezó a hacer chorradas.
En mi mensaje anterior escribí que desde mi punto de vista VOX NO era un partido fascista. Es otra cosa, una extrema derecha que toma elementos de otros partidos de extrema derecha que se retroalimentan, desde Erdogan en Turquía hasta Le Pen en Francia, pasando -sobre todo- por Orbán en Hungría. Son populismos que en cada país adquieren su forma en función de su pasado. Meloni hacía guiños a Berlusconi y aquí se hacen a Franco o a José Antonio. Véase un curioso tweet de la Falange sobre unas declaraciones de un político de VOX en Gerona, hartos de que citen a José Antonio: