Anuska- escribió:
Pues sí. Parece que en esto del amor no es fácil llegar a una buena definición en la que todo el mundo esté de acuerdo.
¿Probamos con fidelidad/infidelidad?.
Cuando lo aplicamos al mundo de las ideas es muy fácil, uno es fiel a ellas cuando es coherente entre lo que piensa y lo que dice. Pero ¿es tan fácil ser coherente cuando entra en juego la pasión que aparece (no tanto el enamoramiento o el amor), cuando te encuentras enfrente a alguien, que por lo que sea, te hace tomar decisiones que, en principio, jamás hubieras tomado?.
Todo esto lo traigo a colación después de haber visto la película Un amor, de Coixet, que recomiendo absolutamente. Tanto, que he comprado el libro de Mesa en el que está basada la película y que, según los comentarios que me han llegado, está incluso mejor.
Mmmmmmm por partes.
Fidelidad a las “ideas” depende. Encasillarse en algo “ideológicamente” creo que resta.
Ahora sí estoy intentando mantenerme fiel a algunas virtudes (las que más valoro), pero en determinados momentos es complicado. No dejamos de ser una difícil mezcla de razón y voluntad.
Con lo de “personas (tóxicas o no) que puedan influir en mi pensamiento” (parejas o parejas idealizadas o personas a las que admire), no, no me pasa.
Tengo fama, incluso el San Benito, de “borde”, de cuestionar todo.
Hace mucho tiempo, mucho antes de leer filosofía, adopte un patrón de conducta y/o resolución de problemas. No dar nada por sentado hasta someterlo a la vuelta. Le llamo el 360 grados y consiste en someter una idea/problema (empecé a utilizarlo con averías en automatismos eléctricos) a todas las posturas/puntos de vista posibles que permite la vuelta completa. Algo parecido me recordó el discurso del método cuando lo leí (Bolindre!!!! apunta también cartesiano).
Fidelidad a la parejas… he sido un poco golfo en mis anteriores vidas, negarlo sería ir contra los principios que defendía más arriba.