En este enlace podéis ver un artículo sobre un encuentro de universidades de educación a distancia, en el que se compartieron experiencias diversas, y a raíz del cual, me han surgido algunos interrogantes:

¿No consideráis que el nivel de virtualización con el que trabajamos nosotros es mejor que el que reconocen los asistentes al encuentro? Yo no he asistido nunca a una tutoría, y sin embargo, he mantenido buena relación y correspondencia electrónica con profesores. Entiendo que sea conveniente mantener el contacto personal, pero tendríais que ver las maravillas que están consiguiendo las diversas tecnologías de vídeo sobre IP, mejorando la tradicional videoconferencia hasta extremos como los de la telepresencia:
Salvando este trato personal, al que siempre cabe acercarse, ¿veremos algún día fundada una Academia, o un Liceo, por Internet? Y no hablo de meros blogs en los que la que la gente descuelga sus opiniones, tantas veces sin mucho valor, sino de entornos en los que verdaderos expertos se enrolasen, obteniendo su fama no por la oposición a un cargo en una universidad - que también -, o la publicación en papel de cierto libro, sino por su clara contribución al saber.

¿Por qué no aparece la UNED ni mencionada, que si no me equivoco es la universidad con más alumnos matriculados de España? Será probablemente porque el encuentro lo debió de convocar la UOC y abrir a universidades privadas.

La universidad virtual o a distancia es una excelente alternativa para todas aquellas personas que no pueden cursar sus estudios en una universidad presencial, ya sea por falta de tiempo (trabajo, cargas familiares, etc.) o por no tener una facultad en su lugar de residencia habitual y no tengan la posibilidad de costearse unos estudios en otra localidad.

Pero, bajo mi punto de vista, la universidad no debe reducirse a estudiar una serie de asignaturas, adquirir conocimientos y presentarse a los exámenes con el objetivo de obtener un título. Creo que engloba otros múltiples aspectos tales como la relación personal con los otros estudiantes que pueden resultar sumamente enriquecedora o las actividades extrauniversitarias (deportivas, culturales, etc.) que muy difícilmente pueden darse a través de una pantalla de ordenador.

Y es que no es lo mismo pasear entre edificios, aulas, y sobre todo entre gente que navegar por internet entre ventanas virtuales y enlaces.

Tengo una pequeña discrepancia contigo, Rafel, pues parece deducirse de tus palabras que esto de la UNED está para los que no pueden estudiar en la universidad presencial. Y descartas otra opción: que a algunos nos parece muchísimo más estimulante el modelo de estudio a distancia que el de la universidad presencial. Yo hace tiempo que me aburro infinitamente escuchando clases y conferencias (por eso he dejado de hacerlo: paso hasta de los seminarios que cuelgan algunos profesores en sus asignaturas). En cambio, soy el hombre más feliz del mundo delante de una mesa llena de libros.

Especialmente en lo que respecta a la filosofía (otra cosa será si hablamos de química o de física) no sé qué pueden añadir varias horas de clase "magistral" a base de lugares comunes (a poco que el orador se salga de esto ya es imposible seguir el hilo; pues en un libro de filosofía no sé quién es el guapo que no tiene que volver atrás una y otra vez a releer algo ya leído a cada nueva perspectiva que va surgiendo en la exposición; eso en las conferencias y clases orales es imposible).

Yo, Rafel, coincido contigo en que la universidad presencial aporta cosas que la virtual no da. No lo enumerabas, y a Nolano parece no pesarle - o al menos no para mal - pero a mí me parecen relevantes también las clases magistrales de los buenos profesores, de aquellos que se entusiasman y demuestran que su materia es su pasión, de aquellos que te inoculan su curiosidad, su inquietud. Echo de menos esas clases en la virtual.

En lo que respecta al régimen virtual, sin embargo, discrepo contigo en mi experiencia con respecto a los compañeros: si es verdad que se mantiene mucha más relación con los compañeros de la universidad presencial, y se establecen relaciones personales más allá de las académicas, lo cierto es que nunca como en la virtual, y en gran parte gracias a este foro, he podido profundizar en los contenidos de la carrera como lo he hecho ahora. Las cuestiones académicas de bibliografía o estrategias de aprobado son similares. Pero no a nivel de contenidos, aunque te reconozco que quizá esto se debe más a que la carrera de la que hablamos es Filosofía y dé pie a este tipo de reflexiones.

Bueno, Kierkegaard, lo único que pretendía era señalar que la UNED no es un "menos malo" para el que no puede coger lo mejor (la universidad presencial), sino que es otro modelo muy diferente. Ese entusiasmo que transmiten ciertos profesores es conveniente (incluso a veces necesario) a cierta edad en que el alumno es bastante impresionable; pero a otras edades, creo que no. Por lo tanto, a cada necesidad, un modelo educativo. Cada modelo tiene sus ventajas e inconvenientes; así que cada alumno escoja lo que le convenga más.

El modelo de la UNED presenta algunas disfuncionalidades, de las cuales no es la menor que ningún profesor (bueno, quizá haya alguna excepción que yo desconozco) ha estudiado a distancia y no creen (porque lo desconocen desde dentro, desde el punto de vista del alumno, que es el usuario del servicio) en este modelo educativo. Los ejemplos de la profesora Oñate y el profesor Rivera, que se empeñan en colocar sus seminarios, por supuesto orales, creo que es significativo. O el de tantos profesores que se despreocupan totalmente de si los libros de la bibliografía están o no agotados, o que facilitan un material "de andar por casa" o que, sencillamente, pasan de aparecer por los cursos virtuales.

NOTA: No es que me esté metiendo con los seminarios; el que quiera que los siga y el que no, no. Sólo quería dar mi opinión de que el planteamiento de los seminarios demuestra que no se cree en el modelo educativo a distancia.

Nolano, mi intención no fue en ningún momento excluir a todas aquellas personas que de modo voluntario eligen realizar los estudios en una universidad a distancia como la nuestra, pero si convendrás conmigo en que éstos son una minoría, entre la cual, por cierto, me incluyo. Y tampoco era mi intención establecer una gradación de mejor o peor entre ambos modelos. Los dos, aunque mejorables, son igualmente válidos y evidentemente compatibles. Pero, ¿no creéis que sería realmente una pena que el modelo de estudios presenciales desapareciera o se convirtiera en algo residual?

Al escribir mi anterior mensaje hice una generalización basándome en el estudiante tipo de una universidad presencial (que es diferente al perfil del estudiante de la Uned) y teniendo en cuenta mi propia experiencia en ella. Por eso mismo si te fijas, no destaqué como positivo de la misma las clases ni los profesores sino aquellos elementos menos tangibles. Es decir, no me refería a las horas de clase, sino a lo que sucede antes, después y entre; no quería referirme a aquellos profesores-loro que convierten su asignatura en una experiencia aburridísima de recitado de la lección por su parte y de copiado a toda pastilla en letra inteligible por parte de sus alumnos, sino a la relación entre compañeros de estudio que se prolonga más allá de las horas lectivas; no me refería a tener que ceñirse a rígidos horarios sino a poder disfrutar de otras facetas de la universidad que no tienen nada que ver con el expediente académico (competiciones deportivas, debates culturales, etc. ). En definitiva, la idea central que pretendía subrayar con todo esto es que las universidades virtuales te privan del contacto humano inmediato, elemento que me parece de suma importancia.

Por otro lado, convengo contigo, Nolano, en que la Uned permite afrontar la filosofía de un modo más estimulante ya que de algún modo potencia la “investigación” personal y te evite el engorro de tener que “perder el tiempo” yendo a clase (algo que a estas alturas también me da una pereza enorme) y también estoy de acuerdo con tu apreciación, Kierkegaard, del estímulo que supone participar en un foro como este donde muchas de las cuestiones que se plantean te “obligan” a dar un paso más en la indagación y reflexión.

En cuanto a los ejemplos que mencionas sobre la despreocupación de los profesores en determinados aspectos no creo que sea un fenómeno exclusivo de la Uned. En todos lados cuecen habas. Yo tenía uno que de cada tres semanas una no aparecía por clase y sin avisar de antemano. Cuando pasaban 10 minutos de la hora y no daba señales de vida por el pasillo ya nadie se sorprendía y sabíamos que podíamos dedicar ese tiempo a otra cosa.